Por Jacobo Cohen | Presidente de ALAI
Entre todas las innovaciones que las tecnologías de la información han traído, destacan las que han surgido en el sector financiero. Específicamente, la industria de fintech: un conjunto de servicios financieros que pueden prestarse por medio del uso de tecnologías digitales. Estos servicios de tecnología financiera evolucionan a gran velocidad y su lugar en la vida diaria es cada vez más tangible.
En los últimos años, las transacciones por medio de soluciones fintech han crecido a una tasa de 42% anual, llegando a tener un valor de más de 3 mil millones de dólares. Además, desde 2011, las inversiones en fintech han aumentado de forma exponencial: para 2018, se esperaba que alcanzaran los 75 mil millones de dólares.
Se suele pensar en las tecnologías financieras como competidoras de los servicios financieros tradicionales. Sin embargo, la realidad es que se trata de sectores complementarios: el uso de servicios fintech ha traído beneficios al sector financiero, como reducción de costos de operación, aumento de eficiencia y competencia, así como mayor acceso a los servicios financieros para diversos sectores de la población. Se estima que cerca de mil 600 millones de personas de países en desarrollo podrían acceder a servicios financieros por medio de estas tecnologías.
No obstante, el desafío permanente en este sector es adaptar la regulación a la velocidad con que evolucionan las fintech. Puede ocurrir que, con el objetivo de reglamentar cada aspecto de las operaciones de las instituciones de tecnología financiera, la normatividad quede obsoleta muy pronto o termine por inhibir la innovación. Esto, aunado a los desafíos que implica el desarrollo de habilidades digitales de la población y el fomento de la educación financiera.
Las Fintech en México
Si bien, en otras latitudes hay países que cuentan con un sector fintech muy desarrollado y en crecimiento permanente, México es pionero en la regulación de las tecnologías financieras, al ser uno de los primeros países en contar con una ley específica. Además, el país tiene diversas características que favorecen el desarrollo del sector fintech: 53% de los hogares cuentan con conexión a Internet; más de 70% de la población mayor a 6 años tiene un teléfono móvil; de los usuarios de telefonía móvil, 8 de cada 10 cuentan con un teléfono inteligente, lo que les brinda acceso a Internet desde estos dispositivos.
Sin embargo, en términos de uso de servicios financieros, menos de la mitad de la población entre 18 y 70 años tiene una cuenta bancaria y solo 31% tiene algún crédito. Esto contrasta con otros países de América Latina, como Chile y Brasil, donde más de 70% de la población mayor a 15 años tiene una cuenta de banco. Cabe recordar que las tecnologías financieras no sólo mejoran los servicios financieros ya existentes, también ofrecen otros novedosos como el financiamiento colectivo (crowdfunding), métodos de pago que no requieren dinero en efectivo y otras formas de financiamiento que las instituciones financieras tradicionales no ofrecen actualmente.
En marzo de este año, ALAI organizó un encuentro entre distintos actores del ecosistema fintech (CNBV, COFECE, SHCP SE,, Oficina de Presidencia, INFOTEC, entre otros) en México. El propósito del foro fue analizar e intercambiar puntos de vista sobre este sector en el país y discutir las implicaciones del marco regulatorio vigente en México, así como identificar las áreas de oportunidad para lograr que el sector siga creciendo en el país.
Este intercambio de puntos de vista permitió identificar los avances que ha traído la Ley Fintech, empezando por el reconocimiento del sector, y también puso sobre la mesa los retos que todavía enfrentan las tecnologías financieras en México. Estos desafíos, consideramos, podrían superarse mediante la colaboración y cooperación; evaluación y ajustes al marco regulatorio; estableciendo de estímulos para el sector fintech; y construcción de confianza en el ecosistema financiero digital.
En primer lugar, destacamos la importancia de contar con datos que permitan dimensionar la importancia del sector fintech en México y dar seguimiento a su desarrollo, para evaluar las políticas instrumentadas para promover el crecimiento del sector. En cuanto al marco regulatorio, consideramos que es fundamental que el contenido de la Ley Fintech y su normatividad secundaria puedan discutirse de forma colaborativa, tomando en cuenta el punto de vista de las empresas que participan en el sector, con el objetivo de establecer requisitos proporcionales y adecuados para el tamaño y modelo de negocio de cada una. La regulación proporcionada, no excesiva, contribuirá a la entrada de más competidores al sector, logrando que los usuarios reciban más y mejores servicios.
Sin embargo, teniendo en cuenta que la idoneidad del marco normativo no puede determinarse a priori, recomendamos su revisión y evaluación constante, para hacer los ajustes necesarios, en la búsqueda permanente de contar con la mejor normatividad posible, que contribuya a que los servicios financieros lleguen cada vez a más gente y que estos servicios respondan a sus necesidades específicas.
Otro aspecto que identificamos como central para el crecimiento del sector fintech son los incentivos: con políticas orientadas a que cada vez más personas hagan uso de los servicios de tecnología financiera, que fomentan la inclusión, es posible que estos servicios financieros sigan innovando, para mejorar la experiencia de los usuarios.
Finalmente, es claro que la base del desarrollo de las nuevas tecnologías financieras es la confianza entre todos los actores que participan en el sector de las tecnologías de la información. Esto sólo puede lograrse con mayor educación financiera y desarrollo de habilidades tecnológicas en la población, para lograr un entorno más seguro. En cuanto a la operación y funcionamiento de las fintech, es necesario consolidar infraestructura tecnológica robusta, interoperable, más segura y confiable en el sector financiero, con altos estándares de seguridad de la información, privacidad y protección de datos personales.
Consideramos que el caso de México, como el primer país de América Latina con una ley para regular al sector fintech, debe ser tomado en cuenta y analizado con cautela, si bien, es el punto de partida ideal para comenzar a abrir la discusión sobre las necesidades del sector, es importante tomar en cuenta las características de cada país con la finalidad de implementar lo que mejor se adapte y permita el desarrollo del sector. Las recomendaciones que hacemos, como resultado de este primer ejercicio de intercambio entre actores de diferentes ámbitos e instituciones, son sólo el principio del diálogo que buscamos mantener en la región, con el objetivo de seguir fomentando soluciones financieras tecnológicas novedosas, que brinden soluciones específicas a las necesidades de las sociedades latinoamericanas.