En entrevista al economista Martín Harracá, el profesional nos adelanta los primeros resultados del informe sobre el Futuro del Trabajo que venimos desarrollando con apoyo del BID.
Recientemente, se celebró en Ciudad de México el evento Escuela del Sur de Gobernanza de Internet 2019, un encuentro que apunta a que jóvenes estudiantes y profesionales de distintas disciplinas de Latinoamérica y el Caribe se involucren en el debate de la gobernanza de Internet y puedan comprender su importancia en el futuro de la red y en el desarrollo de la región. En ese contexto, Martín Harracá presentó algunos avances del trabajo El futuro del empleo: demanda y oferta de habilidades para el desarrollo exportador, realizado conjuntamente por ALAI y BID/INTAL, cuyos resultados estarán disponibles en julio próximo.
-¿Cuál es el objetivo de este reporte?
-El espíritu del informe se enfoca en las oportunidades y los desafíos del futuro del trabajo en la región, específicamente desde la perspectiva de la integración. Apunta a responder cuál es la importancia y cuáles serán los impactos que traerá esta revolución en los próximos años y a promover la necesidad de que tanto el sector público como el privado coloquen esta problemática entre sus prioridades de agenda. Latinoamérica debe pensar el futuro del trabajo, en especial las capacidades que serán requeridas, con el mismo interés que ya muestran otras regiones. Es imprescindible que se debata a nivel regional cómo deben formarse los trabajadores del mañana y cómo se adaptarán las empresas y los propios trabajadores a esta nueva realidad, qué estrategias se llevarán a cabo para cerrar las actuales brechas de capacidades, es decir, el exceso de oferta o de demanda de determinados puestos, y también para prevenir las que irán apareciendo. El esquema regulatorio y las acciones de política pública juegan aquí, como en todo el mundo, un rol central para dar cauce a esta problemática, por lo que debe ser actualizada para dar cuenta de la cuarta revolución industrial que estamos atravesando. Hasta el momento, detectamos que hay muy pocos estudios centrados en la realidad latinoamericana y sus particularidades y este reporte viene, precisamente, a llenar ese vacío.
-¿Cuál es la perspectiva de demanda de capacidades en la región y, puntualmente, qué ocurre en México?
-Dividimos las capacidades en tres grupos: las físicas, las habilidades blandas (cognitivas, sociales, de resolución de problemas, de contenidos, sistemáticas y de procesos, como escucha activa o pensamiento crítico) y las duras (STEM –ciencia, tecnología, ingeniería y matemática-, de administración de recursos, técnicas). De los cinco países analizados (Brasil, Argentina, Colombia, Chile y México), el mayor crecimiento de demanda de capacidades se encuentra en Brasil que es, junto con Argentina, también el que presenta la mayor dificultad prevista para satisfacerla. México se ubica en el segundo lugar en términos de crecimiento, mantiene un incremento homogéneo entre las diferentes categorías (físicas, blandas y duras) y presenta un panorama positivo para poder cubrirla.
-¿Cuáles son los caminos para cerrar esas brechas de capacidades?
-De acuerdo a las dotaciones actuales, y según los resultados para México, el mayor faltante, de hasta el 31%, se visualiza en STEM. Luego aparecen contenidos (25%), resolución de problemas complejos, sistemáticas (ambas con 24%) y administración de recursos (22%). Aquí surge otra brecha: no siempre existe una relación directa entre lo que las empresas consideran capacidades clave y lo que les falta. Por lo tanto, es importante identificar tanto la relación oferta-demanda de habilidades del mercado, como la existencia de actividades en el seno de la empresa orientadas a señalar las brechas de talento internas.
Los primeros resultados han arrojado datos para México que serán interesante analizarlos con mayor detalle:
-De los países estudiados, México es el que percibe mayor facilidad de adopción tecnológica. Siendo las adopción de las plataformas, la telefonía móvil y el cómputo en la nube las tecnologías disruptivas más usadas no solo a nivel país, si no también las más usadas en comparación con el resto de los países analizados.
-En contraste, los resultados indican que México es donde menos investigación y desarrollo (I+D) se realiza actualmente, aunque de los países en estudio, es el que más planea hacerlo en el corto plazo. Las conclusiones del trabajo permitirán, precisamente, entender la demanda de capacidades actual y futura y las condiciones de oferta en cada país para definir tendencias que ayuden a extraer conclusiones para la política pública.