Las Fintech venían creciendo en Latinoamérica y el mundo, pero al igual que con otros sectores, el advenimiento de la pandemia aceleró su desarrollo. De la mano del comercio electrónico se convirtieron en una tecnología motor de la reactivación regional.
En América Latina, donde la bancarización aún no cubre a toda la población, el surgimiento de estas financieras tecnológicas brindó nuevas oportunidades para desarrollar la economía, favoreciendo a emprendedores y PyMEs, además de los consumidores.
El sector financiero en tiempos digitales
Las Fintech usan la tecnología para proporcionar servicios financieros de forma fácil, rápida y segura; es decir, hacen más eficiente y democrático el acceso a la bancarización. Con la crisis sanitaria y la digitalización acelerada, este sector se volvió protagónico. Las empresas pudieron mantenerse a flote y recuperarse gracias a la explosión del comercio electrónico que se nutre en sus modos de pago de las financieras tecnológicas.
Este auge ya se venía dando con el incremento de la economía digital y la necesidad de los consumidores y emprendedores de contar con proveedores de servicios financieros que cubrieran demandas rápidamente.
Según el Informe 2020 Latam Fintech de KoreFusion, publicado por Forbes, el sector Fintech en los últimos años recibió inversiones por 8,000 millones de dólares. De acuerdo al mismo informe, existen más de 1075 Fintech en Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile.
La relevancia para la economía digital
Es importante destacar que en Latinoamérica casi la mitad de la población no cuenta con servicios bancarios, lo que hace que el mercado Fintech esté en continuo desarrollo debido a su necesidad vital. El contexto actual hizo más evidente esta carencia de banca digital.
La exclusión financiera, junto a la informalidad son factores complejos que la región aborda y que esta herramienta puede ayudar a mejorar. Hoy las Fintech son fundamentales para poder participar de la economía global y acceder a cualquier tipo de productos y servicios.
En ese sentido, tanto startups financieras como también entidades bancarias, han percibido esta necesidad y comenzado a convertirse en oportunidades para ayudar a los consumidores a obtener créditos y acceder a los mercados internacionales. Constituyen una revolución tecnológica que ayuda al desarrollo de la economía digital en tiempos de distanciamiento social.
Esta transformación recién comienza y será fundamental en la región para ayudar a la recuperación de las PyMEs, empresas que son las principales generadoras de empleo latinoamericano.
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