Por Raúl Echeberría, Director Ejecutivo de ALAI
La pandemia del coronavirus aceleró los procesos de transformación digital y cambió para siempre la forma en que trabajamos, estudiamos, nos vinculamos o nos entretenemos. Nunca antes había quedado tan en evidencia que el desarrollo de la economía digital en nuestros países es clave para mejorar nuestra inserción en la economía global. En simultáneo, también se hicieron visibles las brechas y los obstáculos. Necesitamos más acceso a Internet -y de mejor calidad-, mayor cercanía con los contenidos, buenos servicios de gobierno digital, estímulos para el ecosistema emprendedor y mejorar las oportunidades que Internet y las tecnologías aportan a los procesos educativos.
Estos objetivos de desarrollo solo son posibles a partir de políticas que se basen en valores fundamentales de Internet, como la apertura.
Los marcos políticos y regulatorios deben ser herramientas para el logro de esos objetivos, promoviendo la innovación, el aprovechamiento del enorme caudal de oportunidades globales alrededor de la economía digital y, fundamentalmente, actuando como una herramienta habilitante y no como un generador de barreras ni como un fin en sí mismo.
En algunas oportunidades, iniciativas de políticas que se basan en preocupaciones razonables, terminan generando efectos opuestos a los buscados y se convierten en parte del problema más que en parte de la solución.
Debemos evitar iniciativas que constituyan obstáculos al emprendedurismo y la innovación o que produzcan tensiones con el ejercicio de los derechos humanos. Es a través del trabajo colaborativo entre todos los actores, incluyendo gobiernos, sociedad civil, sector privado, y comunidad técnica, que lograremos aprovechar las ventajas del desarrollo digital para avanzar en el desarrollo social, económico y humano de la región. Esta será nuestra forma de trabajar: pensar, debatir, intercambiar ideas y sumar aportes para, en conjunto, apostar a construir la mejor estrategia digital para la región: la que genere más beneficios para todos.
En este contexto, el compromiso de ALAI está más vigente que nunca: nuestro objetivo es continuar posicionándonos como un jugador clave para que la Industria de Internet regional juegue un rol central como motor del desarrollo de la economía digital en Latinoamérica. Los invito a que recorramos juntos ese camino.